Estos últimos sábados he estado viendo en TV un ciclo de cine hecho en Perú por directores peruanos, guionistas peruanos, y actores peruanos. Ya hace algunos años he visto también otras obras de nuestro cine, y mantengo la misma sensación: decepción, tristeza.
No entiendo por qué todas (creo que no menos del 99%) nuestras películas tienen que acudir a las mismas bajezas: desnudos, sexo, ráfagas de groserías, y violencia. No estoy cuestionando ahora los temas de fondo, las tramas, ese es otro cantar, pero sí las formas. No sé qué piensen otras personas, pero ese tipo de películas a mí no me gusta, y no solo me desagrada, sino que me hace daño. Me explico: recibir en 30 minutos una lista espectacular de lisuras a todo volumen, escenas mañosas y sangre hiere ese poco pudor que aún conservo a mis 35 años.
¿Nos hace bien como personas ese tipo de arte? ¿Podemos llamar 'arte' a creaciones que denigran a las personas? Pienso que no.
¿Qué argumentos pueden darnos los cineastas?
1. «Nuestras películas reflejan la realidad del Perú». Perdón, el Perú, país en el que vivo hace más de 3 décadas, es más que lujuria, violencia, obscenidades y groserías. ¿Acaso nuestros cineastas no conocen realidades positivas en nuestro país? ¿No hay acaso historias reales de gente trabajadora, honesta, limpia? ¿No hay familias de todas las clases sociales que viven con valores muy marcados?
2. «Hay que darle al pueblo lo que le gusta». Bueno, bajo ese argumento repartan alcohol o cocaína en la puerta de los cines. No hay necesidad de darle a la gente productos nocivos solo porque "le gustan". ¿quién dice que todo lo que a uno le gusta le hace bien? A mí me gusta dormir hasta tarde pero esa mala costumbre me hace daño.
En definitiva no veo un esfuerzo por hacer productos grandes, buenos, distintos, sino que hay una constante línea de mediocridad, de buscar lo más fácil, lo que vende rápido, aunque eso signifique lavarse las manos con Pilatos ante los que pedimos películas más decentes.
En aras de la justicia, debo confesar que una película llamó mi atención: "La prueba", de Judith Vélez, con una agradable actuación de Jimena Lindo. Menos mañosería y lisuras que el común de películas peruanas, y una trama distinta, que plantea un dilema moral crítico. Me gustó.
Obviamente, no he visto todas las películas de nuestro cine, pero creo que casi todas, desde los 80's, y me duele como peruano ver talento y dinero desperdiciado. Un ejemplo: acabo de ver "Un cuerpo desnudo", con muy buenos actores, pero con una carga de vulgaridades alucinante, y con una trama simplista que nunca cambió. Esas cosas me hacen pensar lo que pienso. No he visto "Tarata" ni la famosísima película postulante al Oscar, y espero que sean excepciones a esta terrible y denigrante regla que gobierna nuestro cine.
lunes, 15 de febrero de 2010
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