En este post quiero dedicarle unas reflexiones y recuerdos a mi princesa Daniela, a poco de haber ella cumplido 5 años de vida, aunque es injusto contar la edad desde el nacimiento, pues como sabemos la vida nuestra empieza desde la unión de espermatozoide y óvulo en el vientre materno, así q mi niña tiene algo de 5 años y nueve meses de vida.
Con su llegada a nuestra vida llegaron muchos cambios, pues a este joven padre y a su esposa nada los preparó para tal responsabilidad. De hecho fuimos el primer matrimonio dentro de nuestro grupo de amigos q se casó y el primero en encargar familia, y las muchas conversaciones previas resultaron poco, aunque no por ello desechables, sino todo lo contrario, ante lo q significó el nacimiento de Daniela. Ella llegó como un vendaval a cambiarnos todo, para bien, para mejor.
Yo esperaba q Dios nos envíe una niña, pues algo en mi interior me predisponía a ello. Mi esposa, abierta como yo a lo q Dios quisiera, anhelaba un niño, y cuando fuimos a una de la ecografías en donde ya se vería el sexo del bebé me emocioné bastante al saber q esperábamos a una nena, fue un baldazo de alegría q no pude contener. Tocaba ahora preparar su habitación, su ropa, y todo lo q logísticamente necesitaría. Imposible olvidar la gran ayuda de las amistades en este proceso: desde consejos invaluables hasta un día entero de trabajo pintando ellos la habitación de Daniela pocos días previos a su llegada. Esos gestos no pensados, no calculados, sino espontáneos y frescos son los q fortalecen las relaciones entre personas, evidencian q adentro de los corazones hay verdadero amor, dispuesto a entregarse a los amigos necesitados. Mi gratitud eterna a ellos.
La princesa nació, a Karin se le complicó un poco el útero luego de la cesárea pero, nuevamente por bondad de Dios, no pasó a mayores el tema. Y empezaron a manifestarse los cambios prácticos en nuestras vidas: controles periódicos con la pediatra, aprender a cambiar pañales, aprender inclusive a cargar a la bebé, etc. Recuerdo q yo no sabía cargarla y me daba miedo hacerlo; Karin me iba enseñando hasta q desarrollé una habilidad especial para cargarla, tanto q cuando la nena lloraba yo aplicaba esa técnica de carguío y automáticamente se tranquilizaba.
Siempre le rehuía yo a la tarea de cambiar pañales, sobre todo si había pufis de por medio, pero finalmente lo hacía con ayuda de Karin o de las abuelas o de Kenny, hasta q un buen día (cuestionable lo de “buen”) llegó mi prueba de fuego: Karin había salido a trabajar y me quedé solo con mi cachetona, llegó la noche y con ella un derrame estomacal de campeonato, como no me quedaba más opción q asumir en soledad el cambio de pañal pues me dispuse a hacerlo. La eché en su cambiador, preparé algodón, pañitos húmedos, crema y agua tibia, traje el pañal limpio y empecé la faena. A mi inexperiencia se sumó el hecho de q Dani se movía demasiado, lo q dio como resultado q todo su cuerpo (todo) y su ropa terminaron embarrados, parte de mi ropa también y el suelo repleto de paños embarrados de la misma desagradable materia. Ese cambio de pañal me tomó muchísimo tiempo, no sé cuánto pq perdí la noción, y dejé el aromático olor por todo el departamento. Yo quedé exhausto, gasté abundancia de paños y algodones, y dejé el olor por todos lados. Karin regresó del trabajo y se rió de mí más tiempo del q me tomó cambiar el bendito pañal.
Esa es una de las muchas anécdotas. Luego hemos aprendido a darle de comer, a bañarla, a peinarla, a hacerla dormir y muchos etcéteras. Aprendí yo a inventar cuentos para ayudarla a dormir, a calmarle el llanto, a pasearla. Tantas cosas. Uno no nace sabiendo estas cosas pero quien nace para ser padre/madre tiene como un chip incorporado en el alma para asumir con valentía y alegría tales roles. Todas estas cosas son un cambio total de esquemas y hábitos, a los flojos como yo nos cuesta más trabajo, pero todo esfuerzo es corto cuando uno ve el resultado dibujado en su carita de traviesa. Y en lo personal, sé q cada una de esas cosas exigentes me realiza.
Pero la valentía y la alegría de las q hablaba suelen abandonarme cuando se trata de enfermedades. En ese tema soy bien cobarde, lo q evidencia un problema de mi psicología q debo trabajar en aras de la responsabilidad. Me sucede q ante algún síntoma de desperfectos en la salud de mi nena yo me descompongo: me preocupo en exceso, me pongo triste y de mal humor, y quiero llevarla de inmediato al médico. No tengo más justificación para ello q el deseo de un padre de ver a sus hijos siempre sanos. Pero felizmente tengo a Karin q me hace poner los pies en la tierra pues en eso es mucho más tranquila. Y yo sé q he progresado en ese tema, pero debo llegar al nivel óptimo. Más cuando me veo muy acompañado por Dios en estos trances: tenemos un buen seguro médico, Danielita tiene un muy buen pediatra, no nos falta medicinas, etc. Toda enfermedad q se ha atrevido a entrar en el cuerpo de mi cachetona ha sido derrotada por, repito, bondad de Dios. Confío en q saldré airoso en este proceso, triunfo q además es un requisito para planificar al hermanito o hermanita de la primogénita.
También está el acompañarla en su proceso de maduración interior. Ella tiene q ser una niña de psicología sólida y fuerte lista a buscar y encontrar el destino para el q ha nacido, y eso tiene q trabajarse desde niña y son muchas las variables q entran en juego. Están los cuidados de sus padres, las atenciones de las abuelas, las relaciones con otros familiares y amigos. Entran también la socialización con sus compañeritos de Nido, la cantidad y calidad de televisión q puede consumir, sus juegos, etc. Las misses y psicólogas del Nido nos dan sus observaciones y recomendaciones, y yo pregunto: ¿a nosotros en nuestra niñez nos hacían todas esas evaluaciones? ¿También a nuestros padres los traumaban así? Como fuere, el barco llegará a buen puerto.
Y así está pasando la vida mía en este nuevo rol q es muy pero muy hermoso. Son muchísimas las cosas q podría comentar, hay material para rato, pero lo mejor está todavía por llegar con cada día q amanece, con cada ocurrencia de Dani (anoche, por ejemplo, me pidió por primera vez q me calle), con cada travesura, con cada baile nuevo, con cada enfermedad, con cada reto nuevo. La búsqueda de Colegio es otro tema. En fin, hay tantas maravillas en la paternidad q lo mejor es disfrutarla día con día.
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3 comentarios:
Yo he podido estar cerca de grandes acontencimientos, la noticia de la llegada de Daniela! que gran día! para celebrar y recordar completamente la cara de Karin y José al confirmar la linda sospecha, yo super emocionada, pero tuve que mantenerme en silencio hasta que se de la noticia oficialmente, recuerdo haber querido hacer, que a la fuerza, muestren la super alegría, pero ellos no salian de su asombro, fue muy gracioso. Luego estuve también en el momento de la noticia de que sería una mujercita, una princesa para nuestra familia!!! Recuerdo completamente el día en que karin le daría de lactar por primera vez, creo que ese día recien comprendi el cambio de estado de mi hermana, ya deje de ver a la "buly" que dormia al lado y comencé a ver a mi hermana feliz, casada y con hija. Mi experiencia de ser tía y madrina de Danielita ha sido y es maravillosa, un aprender día a día y, si Dios quiere, un prepararme para la maternidad :-)
Son una gran pareja Jose. Espero que llegado el momento me desempeñe igual de bien que ustedes. Ya sabes...es ese instinto maternal que duerme, pero nunca muere, jajaja.
Apachurros amigos.
Que buena utilización de este medio para compartir, amigo. Sobre todo cuando por cuestiones de tiempo es complicado encontrarse.
Felicitaciones y sigue adelante.
Un abrazo.
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