domingo, 26 de agosto de 2007

¿La mano de Dios?

La "mano de Dios" se le llama al gol que Maradona metió con la mano en un Campeonato Mundial de Fútbol. Este gol es famoso por lo siguiente:
- Lo hizo el mejor jugador del mundo.
- En la TV se ve que fue con la mano, pero el árbitro lo cobró como válido (no lo vio).
- Fue en un Campeonato Mundial, en el de México '86.
- Fue contra Inglaterra, enemigo bélico de Argentina, a sólo 4 años de la Guerra de las Malvinas.
- Ese partido lo ganó Argentina 2-1 y eliminó a Inglaterra.

Como se ve, tiene todos los elementos para ser polémico. Ya hacía años Maradona había aceptado q fue con la mano (imposible negarlo), pero me ha sorprendido el desparpajo con q lo ha repetido ahora. Lo ha hecho en Venezuela, entrevistado por su amigo (otro angelito) Hugo Chávez en su programa "Aló Presidente".

Las palabras textuales del futbolista:

«El que roba a un ladrón tiene cien años de perdón, y robamos a los ingleses.» «Fue una jugada que me quedó alta la pelota y el marcador de punta de Inglaterra se la dio al arquero (Peter) Shilton y como yo no llegaba porque era chiquito y el arquero tiene la ventaja de agarrarla con la mano, le metí el brazo y atrás la cabeza y confundí al juez de línea y al árbitro». Añadió que, tras la mano, fue a festejar el gol y llamó a sus compañeros para celebrar la conquista en el medio de la cancha "y acentuar la confusión".

¿Alguien se ha puesto a pensar lo q esto significa? El super astro del fútbol acepta y defiende q para ganar es válido hacer trampa. Y este sujeto tiene miles de seguidores en el mundo, especialmente en Argentina. ¿Qué están aprendiendo los niños y adolescentes?

El Diego:
1. Hizo trampa. En el fútbol sólo puede usar las manos el arquero (y dentro del Área) y él no lo es.
2. Luego de hacerla no lo admitió sino q continuó mintiendo para engañar a los responsables de hacer justicia.
3. Involucró a sus compañeros en la mentira.
4. Se siente orgulloso de haberlo hecho.

Yo no recuerdo a un comentarista de fútbol discrepar con ese gol. Los he escuchado decir q "valió la viveza del latino" o cosas así, pero nadie ha dicho: "Lo q hizo Maradona está mal, y no hay por qué celebrarlo", es como una maldad aceptada. ¿Por qué? Pq el susodicho es El Diego, como si alguien tuviera licencia de hacer lo q quiera solo pq es el mejor. Bajo esa óptica, Pete Sampras podría jugar dopado, Shumacher podría manejar autos adulterados o averiar en plena carrera los de sus competidores, o Michael Jordan podría hacer canasta golpeando a sus marcadores y engañando al árbitro.

Encima le ponen de sobrenombre al gol: "la mano de Dios". ¿Qué tiene q ver Dios en esto? Es más bien La Mano del Diablo.

¿Cómo enseñarle a un niño q mentir y robar está mal, si celebramos la trampa mal llamada viveza latina? ¿Cómo pedirle a un muchacho q no copie en el examen, o a un político q sea honesto, si alabamos a un tramposo?

Dicen q "el fin justifica los medios", pero no estoy de acuerdo. ¿Acaso es lícito q para darle de comer a un pobre o a mi hija yo robe? No podemos justificar un acto malo solo porque éste sirvió para alcanzar algo bueno. Lo malo es malo siempre. Lo demás son cuentos.

En fin ... más pienso en este tema y más cólera me da, Y luego nos quejamos de q el mundo está mal. Y ni hablar de cómo un Presidente avala tamaña salvajada. Eso pinta una vez más la calidad moral del dictador venezolano. Aliado de los mentirosos y tramposos. Pero ése es otro cantar ...

Curiosamente, el segundo gol q Argentina le hace a Inglaterra en ese partido lo hizo también el 10, pero fue un gol no solo limpio, sino q es considerado (y estoy de acuerdo) el mejor gol de la Historia. Es un Señor Gol, es un golazo. Maradona empieza en su cancha, se lleva a medio equipo inglés, y antes de caerse se lleva al arquero, logra patear, y la mete. Una obra de arte. ¡Qué curioso!: en un mismo partido, el bien y el mal, la mejor de las bellezas, y la peor de las bajezas. Así es la vida realmente, el bien y el mal juntos. ¿A cuál elegimos?
Espero q sepamos elegir lo correcto siempre.


Video de La mano del diablo

martes, 5 de junio de 2007

Mi música

Una de mis pasiones es la música. La buena música. Claro: todos llamamos así al tipo de música q nos gusta más, y en mi caso son principalmente 2 géneros con muchos intérpretes.

Mi primeros recuerdos van a 1984 ó 1985, cuando en nuestra casa vivía mi primo César, mayor q yo (yo era un escolar de primaria y él un universitario), y q traía a casa los discos 45 q conseguía. Eran la salsa de la época y también rock en inglés. Recuerdo q yo, niño aún, me molestaba de tener q escuchar esa música, y hasta peleábamos por eso. Cuando él ponía música en la radio a todo volumen en la sala yo la pasaba mal, pero hasta ahora no sé si era porque no me gustaba o si era una reacción de chibolo contreras. Hasta q llegó a casa el disco Lágrimas, salsa de Roberto Blades. Ésa sí me gustó y bastante.

Pasado ese primer descubrimiento llega la adolescencia en simultáneo con el apogeo del rock en español. ¡Qué época! Ciertamente, si hubiera yo sido más extrovertido y aventurero habría pasado muchas horas en conciertos o fiestas de la época, porque la música que llegaba de Argentina, España, etc., y la q se hacía en el Perú era realmente buena y me encantaba. Cómo olvidar a Enanitos Verdes, Los Abuelos de la Nada, G.I.T., Miguel Mateos y Zas, Virus, Miguel Ríos, los magistrales Soda Stereo, los inigualables Hombres G (capítulo aparte), Los Prisioneros, La Orquesta Mondragón, Río, Dudó, Jas, Trama, Arena Hash, etc.

Toda esta gente q hizo música extraordinaria vive en mi memoria con mucha fuerza y cariño, pero lamentablemente suenan poco en las emisoras locales. Sin embargo, hay 2 radios q hacen su esfuerzo por pasar esta músico. Por un lado la Ñ (100.1 FM) pone las más conocidas pero repite mucho y deja de lado a las q sonaron poco pero q igual dejaron huella. Y la otra emisora es Radio Bacán (
www.radiobacan.com, y 1130 AM). Ésta me parece superior a la Ñ, pero tiene la gran desventaja de q no está en la FM, pero igual los nostálgicos nos las arreglamos para escucharla.

Los 80s también estuvieron marcados por la admiración q me despertó una cantante estadounidense muy joven: Debbie Gibson. Sencillamente, me encantaba. Yo era su fan enamorado. La chica era (es) sólo 3 ó 4 años mayor q yo, y hacía una música bonita, con buenas letras, y con el plus de q eran compuestas y cantadas por ella, y también las bailaba. La chica tenía talento, y no era un típico producto fabricado. Era muy guapa, dicho sea de paso. Ahora la he encontrado en YouTube, y al escucharla cantando en vivo Lost in your eyes subiéndose al piano recordé esas épocas con los ojos mojados. ¡No te mueras nunca, Debbie!


Pasaron los 80s, y en los 90s nació en mí otra pasión: The Beatles. Pero éstas son ya palabras mayores.

No recuerdo bien cómo empezó la adicción. Llamémosla mejor: beatlemanía. Lo q recuerdo es q llegó a mis manos un cassette de ellos q me gustó bastante. Empecé a interesarme por ese grupo, y encontré más elementos interesantes: su historia, sus miembros con sus respectivas características y diferencias, las letras de sus canciones, su melodía, y la simplicidad y belleza de sus composiciones. En su primera etapa hacían música con sólo 2 guitarras, 1 bajo, y la batería. Pero los factores genialidad y talento hicieron la diferencia en ellos, pues con esos sencillos instrumentos interpretaban música q limita con la perfección. Y todo hecho por ellos. Alguna vez le preguntaron a John cuánto tiempo le dedicaban a ensayar, y él respondio q para qué, si ellos componían sus canciones, las grababan, y las tocaban en público no necesitaban ensayar. Cosas de genios.

Empecé a pedirle a mi mamá q me comprara uno por uno los cassettes originales de la banda. Recuerdo q costaban 5 soles (de los del primer gobierno de Alan), y ella los compraba en la tienda Scala Gigante q quedaba al costado del departamento de Lince en donde pasé mis primeros años. Y le pedí q me los comprara en orden, es decir: de acuerdo a como fueron lanzados originalmente los LPs 20 años atrás. Mi mamá me los iba comprando cuando se podía (no sobraba el dinero) y yo era feliz.

Recuerdo q un amigo del colegio me recomendó q para aprender las letras de las canciones me comprara los cancioneros Funky hits q vendían en los kioskos, y lo hice. Entonces empecé a comprender mejor las canciones, y cuando encontraba palabras desconocidas acudía al diccionario. Eso fue fundamental para q yo ahora pueda desenvolverme con tranquilidad en el idioma inglés. De los Fab Four aprendí mucho de la pronunciación y de la gramática inglesa, habilidad q es fundamental para un informático (y para todos en este mundo globalizado). Así me convertí en un mejor admirador de los Beatles. Me encantaba ver q no solo le cantaban al amor de pareja, como suele pasar en la música comercial, sino q le cantaban a familiares (Julia), a la vida personal (Help!, I'm so tired, I'm a loser), a la sociedad (Revolution), a la ciudad (Penny Lane), a hechos familiares (She's leaving home), etc. Y cuando se trataba de canciones "de pareja" no todo era "te quiero", sino q habían otros temas: no coquetees con otro (You can't do that), si empezamos prométeme esforzarte (If I fell), etc. y todo eso interpretado con una calidad espectacular. Yo desmenuzaba y desmenuzo en mi cerebro cada instrumento q interviene en las canciones, con lo q trato de acercarme mejor a la calidad musical de quien lo toca.

Los Cuatro Grandes de Liverpool dejaron, pues, una huella musical imborrable en mi vida. Son lo más grande q ha existido en la música. Les debo muchos grandes momentos. Yo era un niño pequeño cuando aquel desquiciado mató a John, pero cuando George falleció en 2001 realmente lo sentí, como si un amigo de la infancia se hubiera ido, y es que más o menos así fue. Podría escribir tanto de The Beatles ...



Una excelente interpretación de Yesterday, ¡con batería!


Continuaron los 90s y siguió la eufora. Por esa época la BBC lanzó la Antología y más material q los beatlemaníacos ya habíamos escuchado "caleta", como las grabaciones de los Fab Four en la BBC. Material q nos daba en la yema del gusto, y q a mí me significó más horas de disfrutar música incomparable (a pesar de ser sólo ensayos o grabaciones en vivo con mal sonido). Llegué a tener la colección completa en cassettes, y uno q otro CD; y repito: podría escribir tanto de The Beatles ...

Una noche salía yo de una reunión con unos amigos y subimos a un taxi. Todos iban conversando pero yo quedé mentalmente secuestrado por la canción q sonaba en la radio. Era una salsa en la q el cantante entonaba lo feliz q estaba por el nacimiento de su hijo. Las palabras q utilizaba y la melodía eran muy bonitas, y me llamó mucho la atención q un salsero le cante a algo tan sublime como la paternidad. Ése fue mi primer encuentro con quien se convertiría en un gran referente musical para mí en la salsa, y con una línea de vida muy interesante.

Días después le conté esa experiencia a un compañero de la oficina y él me reveló q lo q escuché se llamaba El nacimiento de Ramiro, parte del LP Maestra Vida, del panameño Rubén Blades. Me prestó un cassette viejo con música de él, y me gustó bastante. Luego me conseguí un CD con archivos MP3 de su música, y ya solo me quedaba aceptar q había nacido en mí otra pasión musical. Es q la música de Rubén es realmente fuera de serie. En cuanto a melodía, es un hábil compositor e innovador, ha hecho salsa sin vientos, cha cha chá, bolero, balada; y sus letras merecen todo un estudio. Hay sitios web q se especializan en eso, éste es uno.

¡Cómo no maravillarse con canciones tan bien hechas! La hija pituca q se va con un músico pobre (Ligia Elena), la arenga a defender la dignidad personal y la nacional (Prohibido olvidar), lo ineficaz q resulta escapar de los problemas con solo bulla (Juan Pachanga), el trabajo de los más pobres por sacar adelante a su familia (Pablo Pueblo), la hermosísima canción dedicada al recto amor de esposos (Puedo vivir del amor), el reconocimiento a la madre viuda q sufre (Cuentas del alma), los lazos irrompibles de la familia (Amor y control), las enseñanzas de la vida cotidiana (Vida), el llamado a dejar las apariencias para fijarse en lo esencial y a trabajar para progresar (Plástico), y su obra maestra: los 2 LPs de Maestra Vida, en los q cuenta (mejor dicho: canta) la historia de una familia latinoamericana de los 70s, desde q papá y mamá se conocen y enamoran, hasta q ambos mueren ancianos. Si alguien quiere saber de música y de barrio tiene de todas maneras q escuchar Maestra Vida. Y ya ni menciono al archiconocido Pedro Navaja.

El pensamiento de Rubén es muy lúcido y netamente positivo. Invita a amar a América Latina, a la familia, al barrio, a la honradez. Resalta q el cambio q debe darse en Latinoamérica no debe ser violento sino a base de estudio y trabajo. El solo hecho de saber q su música es fruto de su pensamiento (es decir: un músico q piensa) me hace admirarlo, pero más aun cuando comprendo q su razonar es muy sensato. Deberían haber más músicos como él.

El 2003 Rubén vino a dar un único concierto en Lima, luego de 17 años. Al confirmar la veracidad de la noticia me emocioné bastante, por 2 motivos: uno, q era una gran oportunidad de estar cerca de tan gran músico, y dos, q yo no iba a un concierto desde 1987. Así q con 2 compañeros del trabajo nos pusimos de acuerdo, averiguamos el costo de las entradas, y las compramos. Yo, recontra emocionado.

Llegó el día, y no sabría cómo relatarlo. Puedo decir q fue grandioso. Rubén estuvo precedido de otros 3 grandes músicos, q en total cantaron algo de 3 horas. Alrededor de las 23.30 empezó el concierto de él, con su orquesta Editus ensamble, y simplemente parecía q el tiempo se detuvo. Como si nada cantó por 3 horas y media, sin intermedios, demostrando por qué es quien es. El concierto estuvo espectacular, y me generó un recuerdo invaluable. Yo tengo mi entrada bien guardada en mi casa.

También podría escribir bastante de Rubén. Si alguien lo ve, dígale q regrese pronto a Lima.


Rubén cantando en vivo Juan Pachanga

Ya recientemente han aparecido otros grupos o cantantes q me gustan. La Oreja de Van Gogh, con la encantadora Amaia Montero, me gusta bastante. Ya escribiré algún día sobre ellos. Recuerdo q vinieron a Lima el año pasado y yo iba a ir a su concierto en el estadio Monumental (muy cerca de mi casa) pero por responsabilidades familiares desistí. Ya volverán y me sacaré el clavo. A este grupo lo conocí accidentalmente, haciendo zapping una noche encontré su presentación en Viña del Mar, y me impactó la calidad de la música y la sencillez de la cantante, sin ropas llamativas ni poses de diva, sino como una persona normal, y se metió al público (y a este servidor) en el bolsillo.



LOdVG en Viña del Mar 2005. Noten la sencillez de Amaia.

En fin ... la música es hermosa. Puede elevar el espíritu cuando es bien ejecutada y guarda armonía y respeto en la melodía y en la letra, pero puede también convertirse en un elemento de fuga de la realidad si se le dedica más atención q la necesaria. Hay q guardar un sano equilibrio.

Me olvidaba: he hablado de lo q me gusta, pero no he mencionado lo q no me gusta. Para ser breve: odio el reggaeton. Su esencia y su forma me parecen malos, y hasta ofensivos. Mucha gente discrepará conmigo, pero ni modo.

Es todo (por ahora).

jueves, 31 de mayo de 2007

El respeto

Es evidente q para vivir en armonía, las personas necesitamos aprender a convivir. Esa necesidad de buscar un ambiente de vida agradable es común a todas las personas, incluyendo a las q presentan alguna falla psicológica, es innato.
Pero lo q no es común a todos es la actitud por generar ese espacio agradable para uno y para los demás. ¡¿Por qué?!
El respeto es, según la RAEL, el Miramiento, consideración, deferencia, o las Manifestaciones de acatamiento que se hacen por cortesía; y todos entendemos bien lo q significa en lo cotidiano: tratar con cortesía al otro, no atacar sus espacios ni causarle molestias, sino buscar su bienestar, atender a sus derechos.
Cuando miro a mi alrededor veo manifestaciones de violencia de todo tipo. Hechos q son una clarísima falta de respeto a los demás. Lo vemos en políticos, en periodistas, en artistas, en deportistas, en compañeros, en vecinos, en la combi, ..., vemos los atropellos en todas partes.
Y todos somos víctimas en lo cotidiano de estos actos. Y lo q éstos generan es también conocido: amargura, rencor, humillación; mientras q cuando uno es tratado con respeto, las resonancias son las opuestas: alegría, gratitud, consuelo, etc.
Pero no veamos cómo nos tratan, pues lo más importante para realizarnos como personas es hacer nosotros bien las cosas, vivir de acuerdo a nuestra naturaleza, y en ella está impresa la necesidad de amar y de ser amados, tema q pasa necesariamente por el respeto al otro. Veamos principalmente cómo tratamos cada uno de nosotros a los demás.
Cuán diferente y agradable sería nuestra sociedad si todos nos preocupásemos por el bienestar real de los demás. ¡Pero esto es posible! Todo cambio social empieza con uno mismo, si yo en primera persona cambio para bien, mi entorno mejorará, pues el bien (como el mal) tiende a difundirse. Uno mismo tiene q vivir el respeto al otro en lo cotidiano. No esperemos q nuestra sociedad cambie por arte de magia o por Decreto Supremo. Estoy convencido de q todos tenemos q obsesionarnos en la búsqueda del bien común basados en el respeto.
No busquemos hacer daño sino ayudar, dejemos la mal llamada criollada y la mal llamada viveza q nos llevan a la ilusión de buscar el bien mío o de los míos sin importar el maltrato q les pueda aplicar a otros. Eso no realiza; eso destruye interiormente y carcome a la sociedad.
Busquemos, pues, q más gente se preocupe por el bienestar propio y el de los demás. Q nosotros, nuestros hijos, y todos, tengamos un espacio de vida mejor, más fraterno, más justo. Y depende de nosotros.

viernes, 11 de mayo de 2007

Viviendo en la CRP

Viernes de febrero. Como pocas veces, he salido apurado del trabajo para hacer un trámite y luego recoger a mi hija. Recibo una llamada en mi teléfono celular, y es una compañera de la oficina que me quiere contar algo. La angustia de su voz me preocupó, pero no esperaba oír lo que me dijo, que fue algo como:
“José, está pasando algo horrible en la Clínica, hay bomberos, prensa, todos corren, y hay mucha confusión.”

Me cuesta definir bien lo que sentí. Un amigo de quien aprendo mucho me enseñó hace tiempo que el lenguaje siempre se queda corto, insuficiente, para describir lo que vivimos en nuestro interior. Y ahora que quiero describir qué sentí esa noche lo certifico. Puedo recordar que fue algo como pena, dolor, y cariño. Este último generaba a los anteriores.


Al ver por la televisión lo que pasaba, me estremecía, realmente la pasaba mal. Y a esa angustia se sumaba otro dato: yo quería ir a la clínica, lamenté haberme ido tan temprano ese viernes, quería estar ahí para ayudar en lo que pudiera a que se supere ese trago amargo y todo vuelva a ser como siempre, pero no podía hacerlo. No podía porque yo tenía un compromiso mayor: mi primera y todavía única hija me esperaba para recogerla de casa de su abuela y llevarla a la nuestra, y no podía fallarle. Es así que, resignado, me puse a buscar noticias en la televisión.

Ya en casa, con mi esposa, veía los noticieros, y ella se sorprendía de verme con los ojos mojados. Me dijo que no sabía que yo quería tanto a la Clínica, y le confesé que yo tampoco lo sabía. Constatamos que el dolor de lo que le pasaba a mi centro de trabajo y la frustración de no poder ir a ayudar eran muy grandes, y me puse a buscar por qué.


Y la respuesta es lo que decía líneas arriba: el cariño.


Así asimilé que le tengo cariño a esta institución. Es comprensible: son 8 años de mi vida aquí. Y esta empresa me ha dado en estos años muchas experiencias ricas en lecciones de vida. ¡He vivido tantas cosas aquí! Son experiencias agradables y desagradables; como todo en la vida, trato de quedarme con el buen sabor de las primeras, pero a las bonitas y a las feas trato de sacarles el jugo en aprendizaje. He visto y veo tantas realidades, que no sé por dónde empezar a compartirlas.


Recuerdo cómo entré a trabajar aquí, como Practicante. Llegué algo asustado de estar en una empresa grande, y me preguntaba qué haría yo, qué trabajos se me encargarían. Comencé desarrollando aplicativos. Poco a poco, la curiosidad técnica fue despertando un gusto por las tecnologías que hacen funcionar a las redes, y, por cambios que fueron gestándose en la Oficina, terminé responsabilizándome formalmente de esa parte de la informática que tanto me atraía. Casualidad no puede ser.


Aunque por mi carácter introvertido y tímido me cuesta generar lazos de amistad con las personas, he hecho amigos entrañables en la Clínica, concretamente 2, con los que diariamente comparto este trabajar y vivir en la CRP. Confío en que pronto serán más de 2.


Algo que aprendo aquí es que toda situación puede y debe ser mejorada. Con el tiempo nos hemos acostumbrado a hacer las cosas de cierta manera, pero basta que miremos con una lupa imaginaria algún proceso para que descubramos cómo mejorarlo, y, cuando la coyuntura administrativa es favorable (como viene siendo últimamente) los cambios sugeridos se convierten en realidades.


Vengo aprendiendo también que hay muchas formas de trabajar y vivir, y que una de ellas, en la que no quiero caer, es la de generar chismes, especulaciones, intrigas, etc. en torno al ambiente laboral. No estoy convencido sino convencidísimo de que eso siempre, repito: siempre termina mal y es una pérdida de tiempo. Voy aprendiendo que de lo que se trata es de hacer lo que uno tiene que hacer, que con esto se crece como persona humana y se beneficia a la empresa. Veo también que cuando hay que tomar decisiones duras pero correctas, no se puede tener medias tintas.

Actitudes de muchos compañeros de labores que me edifican son: la visión crítica ante todas las situaciones, la firmeza en las decisiones, la defensa de la verdad, la alegría y frescura, la bondad, la facilidad para ayudar y servir a los demás, la involucración con el trabajo, el no parar hasta encontrar la solución, etc. Espero algún día poder vivir yo esas virtudes. Más de una vez he conocido a gente de otras Áreas, gente a la que nunca les había siquiera hablado, que me han dejado gratamente sorprendido por sus buenas actitudes.


Contaba yo que ahora me encargo del tema de la red informática en la empresa, y debo decir que me honra ser partícipe de las decisiones que se toman referentes al tema. Me honra mucho y me realiza como persona ver cómo las decisiones o sugerencias que hago influyen en la manera como opera la clínica en lo referente a la informática, herramienta tan importante hoy en día. Espero seguir siendo digno de la confianza que esto implica. Pero debo también decir que trabajar en Sistemas de la Clínica es trabajar en un equipo. Muchas veces oímos frases como ésta, y quizás ya ni nos la creemos, pero tengo que repetir que es real que en Sistemas somos un equipo. Cada uno con funciones, conocimientos, habilidades, y características particulares que se mezclan para alcanzar los objetivos. Quien pueda pasar 1 día ó 2 viendo cómo trabaja la Oficina podrá decir que es verdad lo que digo, y esto es realmente agradable.


Ciertamente no todo son flores, también hay temblores. Como en todo grupo humano, también en nuestra clínica hay actitudes, hábitos, y vicios que deben ser desterrados, y estoy convencido de que con los vientos que soplan, tarde o temprano lo negativo disminuirá hasta desaparecer, pero todos debemos involucrarnos en eso, pues las vidas y las empresas no cambian por arte de magia.

Seguir siendo la clínica líder es cada vez más difícil, pero seguiremos siéndolo si todos mejoramos nuestra actitud.


Comenzaba yo recordando aquel viernes de agitación en febrero de 2006, y debo decir que a ese día le siguieron otros momentos desagradables: ver en persona los daños causados por el siniestro, escuchar comentarios mentirosos de alguna prensa y de gente que se dejó llevar por ella, etc. Pero mucho más grande y fuerte resultó la otra cara de la moneda: la actitud proactiva de los empleados y las autoridades para solucionar de inmediato los problemas, con muchas dosis de ingenio y sacrificio de por medio; la solidaridad; la entrega desinteresada; la responsabilidad; etc. etc. Con eso me quedo.

Vuelvo a recordar mis inicios en la clínica, y veo en mi mente a compañeros que ahora ya no están. Veo también que casi todos entramos a trabajar solteros, y que nos hemos ido casando hasta que finalmente sólo quedan 4 solteros en la Oficina. Ya caerán.


Estoy convencido de que la Providencia me condujo a encajar en esta empresa para desarrollarme más como persona y ganarme la vida (como suele decirse), pero la Clínica Ricardo Palma es más que mi centro de trabajo. La he ido asimilando a mi vida. Por ejemplo: mi hija nació aquí, mi esposa superó un problema serio de salud aquí, como todo padre primerizo he traído corriendo a mi hija muchas veces al médico en esta clínica (en realidad, no la ha visto ningún otro médico que no sea de nuestro staff).

Otra manera en que la Clínica me ha cambiado es un nuevo gusto o hobbie: la salsa. En la CRP empecé a escuchar salsa de la buena: la antigua y verdadera; mi agradecimiento a Lavoe, a Bobby Valentín, al maestro Willie Colón, y al más grande de todos: el señor Rubén Blades. A todos ellos les agradezco mucho su existencia, y a la clínica mi gratitud por haber sido el ambiente en donde empecé a disfrutar tanta belleza musical.

También he aprendido que aunque yo crea que sólo tengo plata para mi pasaje, siempre aparece milagrosamente alguna moneda que me abandona para irse a manos del compañero que está haciendo la “chancha” para la gaseosa.


No deja de sorprenderme tampoco la facilidad que tenemos en la Oficina para verle el lado cómico a casi todo. Las bromas, las chapas, las imitaciones, las ocurrencias, son el pan de cada día. Salvo uno que otro exceso, debo admitir que ellas hacen la vida más llevadera.


La clínica también ha fortalecido mi sistema inmunológico, pero no en base a vacunas o medicinas, sino gracias a algunos proveedores de menú que con sus preparados llenaron mi sangre de toda clase de defensas y anticuerpos. Será por eso que casi no me enfermo.


Recuerdo también el entusiasmo de los “peloteros” de la Oficina al acercarse el clásico Campeonato interno de fulbito. ¡Con cuántas ganas entrenaban, conseguíamos madrina, sponsors, uniformes, etc.! Y con qué facilidad demostrábamos año a año que por algo nos dedicamos a la informática y no al fútbol.

Tantas vivencias y anécdotas ... Otra cosa que no deja de sorprenderme es la disposición que tiene la clínica para crecer y cambiar en infraestructura. Cuando yo llegué no existían la casa Moy, la casa Raffo, la Sedó en donde está Emergencia Pediátrica, ni la casa Altez en cuyo tercer piso está ahora Cafetería. Tampoco existían los institutos de Oncología y de Traumatología. El edificio de hospitalización tenía sólo 6 pisos, y las mudanzas de oficinas han sido más de una. Realmente los que trabajamos en la Ricardo Palma sabemos lo que es ver crecer y cambiar a nuestro centro de labores.

En fin ... esta clínica se ha convertido en parte importante de mi vida. Paso muchas horas en ella, me ha dado buenos amigos y compañeros, me hace sentir orgulloso de trabajar para la mejor, me enseña muchas cosas. Le he agarrado mucho cariño. No sé cuánto tiempo más sigamos juntos, lo que sé es que espero vivirlo de la mejor manera, y seguir encontrando en ella mi queso (me refiero al libro de Spencer Johnson).